Después de una relación donde las discrepancias entre la pareja han imposibilitado su continuidad, da lugar a una separación, amistosa o conflictiva. Es muy importante no dejar el foco hacia los hijos, hijos que vivirán la situación como una crisis en su vida que en la mayoría de los casos, deben de superar con recursos y de forma adaptativa. Las crisis a pesar de ser conceptualizadas como negativo, pueden ser entendidas como una necesidad, de la cual, la familia transforma sus patrones de relación pero no por ello, de forma desadaptativa. Las crisis en la mayoría de las situaciones, es necesaria.
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar en este momento de la vida de sus hijos?
1. Ayudar a los hijos a manejar sus sentimientos. Es importante hablar con los hijos, sobre la situación que están viviendo, siempre aislando los sentimientos propios de lo padres. Los hijos son protagonistas y a pesar de las discrepancias y malestar que vivan la pareja, al niño/a no le interesa cual ha sido el detonante. Ahora es momento de escucharles y no de escucharos.
2. Mantén el conflicto alejado de sus hijos. Diversos estudios han confirmado que el nivel de adaptación a largo plazo de los niños con padres divorciados viene determinado por el nivel de conflicto entre los padres que se han visto expuestos. Por ello, está 100% desaconsejado escuchar cosas negativas de uno de los padres o verse obligado a escoger y posicionarse.
En el caso de que su hijo/a desee conocer el motivo real del divorcio, explíquele, sea sincero pero tenga en cuenta la edad del menor. No es lo mismo un adolecente, que un niño escolarizado en primaria o en infantil. Por ello, será necesario ser neutral y limitare a los hechos, sin dar detalles hirientes.
3. No utilice a sus hijos como mediadores o mensajeros. Jamás los utilice como espías. Intenta comunicarte con el padre o madre directamente, sin involucrar a su hijo/a.
4. Intenta disminuir el estrés familiar. Otras personas, como familiares, amigos, grupos, psicólogos pueden ayudar a disminuir el nivel de estrés familiar surgido en un divorcio. También pueden hacer actividades ociosas, ir al cine, zoo, leer en familia, juegos en familia…
5. No haga a su hijo un confidente o un amigo. Su hijo/a no es su amigo. No se equivoque con el papel que tiene. Si necesita explicar la situación, si necesita desahogarse, hay personas más adecuadas para ello. Si escoge a su hijo/a sea consciente que puede desencadenar consecuencias comprometida para su salud mental.