Continuemos con la segunda parte de bebes y televisión para dar respuesta a las preguntas planteadas.
La televisión un miembro más de la familia
¿Quién es el responsable de que los bebes centren su interés en la televisión? Bebes que se quedan con la boca abierta en el momento de que encendemos la televisión. Si nos paramos a ojear los diferentes blogs de madres preocupadas por este tema, un porcentaje elevado afirman no exponer al bebe más de 30 minutos, aunque muchas mamas reconocen que la televisión pasa la mayor parte del tiempo encendida. Si no exponen al bebé a la televisión… ¿Creen realmente que el estar la mayor parte del tiempo encendida no es más de 30 minutos? Quizás con ese instinto maternal que tenemos todas las madres, esa protección hacia nuestros hijos y ese orgullo de ser las mejores madres del mundo, hacen que maticemos la utilización de la televisión en nuestros hogares y si a ello observamos que uno de cada cinco niños de entre 0 y 2 años y más de la tercera parte de entre 3 y 6 años disponen de televisión en sus habitaciones (Vandewater, 2007), sin lugar a dudas la televisión es un miembro más de la familia.
Consumo de televisión en bebes
Certain y Kahn (2001) llevaron a cabo un estudio sobre el consumo de televisión (y otros dispositivos) en bebes. Sus conclusiones fueron que:
- 17% de los bebes entre 0 y 11 meses consumen 2 horas diarias
- 48% de los bebes de 24 a 35 meses consumen 2 horas diarias
Así mismo, Rideout, Vanderwater y Wartella (2003) determinan que:
- El 68% de los niños menores de 2 años usan pantallas (59% televisión, 42% ve videojuegos o DVD, 5% ordenadores y el 3% juega a videojuegos) en un tiempo superior a 2 horas diarias.
- El 74% empezó a consumir la televisión antes de los 2 años.
Rideot y Hamel (2006) afirman que:
- El 79% de los niños menores de dos años habían visto televisión alguna vez
- El 65% videos o DVD.
- El 43% de los niños menores de dos años veían televisión todos los días mientras que el 17% varios días a la semana.
- El 18% veían vídeos o DVD todos los días y el 61% varias veces a la semana.
- En un día normal en la vida de un niño, el 61% veía en promedio 1 hora y 19 minutos de televisión, videos o DVD. El 35% programas educativos, el 40% mezcla de programas educativos y entretenimiento para niños y el 20% programas para niños y adultos.
Estudios un poco más recientes por los autores Zimmerman, Christakis y Meltzoff (2007), afirman que a los 3 meses de edad, el 40% de los bebes ve regularmente la televisión, DVD o vídeos. Y a los 24 meses la proporción se incrementa al 90% y la edad media en consumo de televisión, es a los 9 meses.
La conclusión de dichos porcentajes, ligeramente dispares entre ellos, nos hacen confirmar que la presencia de la televisión en las vidas de los niños de 0 a 36 meses es notoria y que las afirmaciones de las madres de mis “hijos no ven la televisión” es una afirmación alejada de la realidad.
El aprendizaje y la televisión
Respondamos una de las preguntas formuladas en el artículo anterior ¿Aprenden algo?
Anderson y Pempek (2005, p. 511) a partir del concepto efecto del déficit del vídeo, afirman que los niños menores de 36 meses, aprenden menos a partir de la televisión y vídeos que de las experiencias vividas en el día a día. El efecto del déficit del vídeo (Krcmar, 2010; Richert, Robb y Smith, 2011; Barr R., 2008) es contextualizado como la hipótesis del empobrecimiento perceptual, de la hipótesis de la representación dual, de la irrelevancia social de las imágenes televisivas en relación la información que proviene de la vida diaria y del proceso de formación de conceptos. En otras palabras, las imágenes ofrecidas por la televisión no ofrecen la misma calidad y cantidad de detalles que los que ellos obtienen en sus vidas diarias, limitando por lo tanto el aprendizaje. Estas afirmaciones son contrastadas y afirmadas a partir de diversos estudios en los cuales se demuestra que un niño no aprende de la misma manera la repetición de una acción si lo visualiza en televisión que si lo hace el papá o mamá. Es decir, el aprendizaje mediante la visualización televisiva muestra dificultades en comparación de hacerlo in situ con nuestros hijos.
También se afirma que otros de los problemas del aprendizaje mediante la televisión, es que los niños tienen dificultades de diferenciar entre imágenes simbólicas (representaciones de algo) y los objetos reales (hipótesis de la representación dual). La irrelevancia social de las imágenes televisivas se centra en los procesos de interacción social en el aprendizaje en las primeras etapas de la vida de los niños, en contraste con la baja interacción que ofrece la televisión y el vídeo, haciendo que dichas imágenes resulten poco significativas para los bebes. Y finalmente y resumiendo este apartado, con respecto a la tarea de recuperación del objeto, si es el papa o mama quien esconde el objeto, la proporción de éxito en cuanto recuperación es mucho más elevada que si se enseña por televisión o vídeo.
Aun así, no podemos obviar que sí se han dado casos de imitación a través de la televisión, siempre dependiendo de la complejidad de la tarea a imitar (Hayne, Herbert y Simcock, 2003).
El lenguaje y la televisión
Existe un consenso en determinar que la televisión ofrece un aprendizaje del lenguaje en niños, ahora bien, en menores de 36 meses estos beneficios se encuentran difusos. Diversos estudios han determinado que los menores de 22 meses no lograban aprender palabras nuevas a partir de la televisión, pero no se pudo establecer que si se daba antes de los 16 meses, era puramente por imitación (Krcmar, Grela y Lin, 2007). Así mismo, otro estudio por Roseberry et al. (2009), estudiaron el aprendizaje de verbos a partir de la serie El Barrio Sésamo y los resultados fueron que menores de 36 meses solo aprendían verbos si existía una interacción y los que superaban los 36 meses, exclusivamente observando los vídeos o televisión de la serie en cuestión.
También se ha demostrado que los vídeos en formato DVD dirigidos a menores mayores de 12 meses con el objetivo de enseñar palabras relacionadas estrictamente con el hogar no demuestran ninguna incidencia en los resultados de los bebes en relación con el lenguaje ni con los objetivos educativos de los DVD (Robb, Richert y Wartella, 2009).
En definitiva, estos y otros tantos estudios sobre la relación de la televisión y el lenguaje, determinan que no hay ninguna evidencia de los beneficios de los programas y DVD orientados al aprendizaje del lenguaje en nuestros bebes.
Conclusión
Podríamos seguir dando datos de estudios concretos sobre el aprendizaje, el lenguaje e incluso la atención, pero este pequeño resumen, nos hace constatar que la televisión no ofrece a los bebes ningún beneficio añadido a su desarrollo cognitivo. No aprenden más e incluso, podemos afirmar que no aprenden nada. El entorno y en concreto los padres, son la fuente de conceptos y aprendizaje. Son el estímulo para aprender más y mejor, es decir, hablamos de un aprendizaje de calidad. La figura paterna, los abuelos y el propio entorno (parques, bosques, el mar…) son variables fundamentales en el desarrollo del aprendizaje. DVD’s, videojuegos y televisión deben de ser conceptualizados como un entretenimiento pero no un sinónimo de fuente de conceptos. Por lo tanto, exponer al bebe delante de un medio tecnológico con el fin de estimular es erróneo ahora bien, vivimos en un entorno tecnológico y por lo tanto, nuestros hijos necesitarán entender ese “mundo”. Para ello nuestra figura juega un papel fundamental y con el tiempo, ya aprenderán que la televisión formará parte de sus vidas pero que la fuente de su riqueza intelectual y experiencial, se la dará el entorno.
Ser padres y querer serlos implica invertir nuestro tiempo en ellos. Apaguemos la televisión y enseñémosles a conocer el mundo.
Bibliografia-Webgrafia
Rodríguez, A., (2012). Los niños menores de tres años y la televisión. Perspectiva de investigación y debate (1999-2010). Bogotá: Ministerio de Cultura
Imágenes:
http://www.elrincondelaspequenassonrisas.es/la-tele-nos-ensenaba-buenos-habitos/
http://www.vayatele.com/infantil/recopilatorio-de-barrio-sesamo