¿Qué emociones y sentimientos caracterizan a la Navidad? Alegría, felicidad, satisfacción, sentimientos de amor, cariño, ternura, aprecio y un largo etcétera que nos hace sentir bien con nosotros mismos y con el entorno. Pero… ¿Es eso cierto?
Costumbres navideñas
Sin lugar a dudas, la Navidad es sinónimo de todos esos emociones y sentimientos descritos en la cabecera de este artículo y todo aquello que no se englobe en ellos sale fuera de lo normal, es atípico y en muchos casos, reprochable. En estos días, vemos en los diferentes portales de redes sociales personas que publican la felicidad de estas fiestas, los regalos, las buenas compañías y las celebraciones variopintas. En cambio, una minoría (muy minoría) es capaz de expresar tristeza, asociado con síntomas depresivos. Tal como apunta el psicólogo Sergio Garcia, experto en intervención social, “Parece que si uno se salta la norma y está solo en estas fiestas comete un sacrilegio, es hora de que cada uno piense en la Navidad sobre sí mismo”.
La realidad de la Navidad
Estar triste y solo, no es extraño. Muchas personas deciden no celebrar la Navidad ya sea por decisión propia o por circunstancias. La realidad es que estas fiestas tiene ciertos matices tristes: seres queridos que ya no están, malas relaciones familiares, envidias, celos, economía escasa que dificulta la celebración, enfermedades que imposibilitan ver estas fiestas con positividad y alegría, y muchas más variables que podría describir.
Recientemente el síndrome depresivo navideño ha hecho presencia en las vidas de las personas y en la valoración de dicho síndrome por parte de psicólogos. Las personas se ven obligadas a ser felices, a obviar que tienen problemas e incluso creer que si aparenta felicidad, todo mejorará o como mínimo, nadie sospechará. Esto no quiere decir que no exista sentimientos positivos, los hay y muchísimos: la ilusión de los regalos en los niños, autoregalos, esmerarse un poquito más en las comidas y sentirse orgulloso, agradecer las felicitaciones y sentirse querido, ilusionarse con un futuro mejor (eso que llamamos los propósitos para el año que viene y que nunca se hace), pedir un deseo en el Fin de Año, disfrutar de un ambiente cálido en el hogar, etcétera. Ahora bien, existe cavidad para todas las emociones y sentimientos, se estigmatiza a todo aquel que no lo siente y huye.
Estar triste, es normal. Y no lo sería si el ser humano careciera de recuerdos.
Pero a pesar de ello, desde este Blog de Psicología, os deseo unas Felices Fiestas.