Las emociones y la percepción visceral somática

Las emociones tienen un papel relativamente importante en la percepción visceral somática y en consecuencia en los estados y cambios fisiológicos reales del organismo.

Siguiendo la línea del artículo de Vicente M. Simón (1997) y el postulado de Antonio Damasio podemos afirmar dicha relación en el siguiente ejemplo:

El miedo y la percepción visceral somática

En el caso del miedo, la circulación sanguínea aumenta haciendo que en consecuencia de la presión arterial y la frecuencia cardiaca también aumentando por tal de hacer frente a una situación de peligro que nos encontramos (luchar o huir). Esto hace que las personas sean capaces de percibir como nuestro corazón late con más fuerza y con mayor rapidez, conocido dicha sensación como palpitaciones.

Por lo tanto, nuestro cuerpo desencadena una serie de cambios fisiológicos reales que tienen acceso a nuestra consciencia por tal de poder dar significado a sucesos presentes.

Este tipo de cambios son, el aumento de la frecuencia cardiaca en forma de palpitaciones tal y como se ha dicho anteriormente, pero también hay otros factores físicos como el sudor que hace que seamos capaces de sentir un cambio de Tº en nuestro cuerpo (en el caso del miedo hay personas que sienten frio y en la ira, calor); sensaciones digestivas a consecuencia de un cambio metabólicos (nauseas, vómitos y posteriores diarreas); nuestra respiración aumenta y nos hacer tener la sensación de que nos falta oxígeno; nuestra musculatura se tensa en situaciones de alarma para poder correr más deprisa para la huida o para luchar; y hasta podemos sentir un mareo por la disminución de glucosa en sangre.

Como podemos observar, hay una relación entre los cambios físicos y las percepciones viscerales somáticas que sentimos en diferentes sucesos que vivimos y que tienen un carácter emocional.

Imagen: http://www.rena.edu.ve/TerceraEtapa/Biologia/organizacionfuncionalsistemaperiferico.html