¿La Psicología se basa puramente en el modelo biomédico? ¿Cuándo un cliente/paciente llega a consulta, solamente puede ser tratado mediante la evaluación, diagnóstico de un trastorno mental y una posterior intervención?
Una actualidad que no refleja la realidad
En la actualidad, los estudiantes de Psicología y los psicólogos ya licenciados o graduados se encuentran con serias dificultades de seguir trabajando en aquello que por vocación, decidieron ser. Se ha conceptualizado la Psicología como una profesión que se engloba dentro de la sanidad y por lo tanto, conceptualizando los problemas de las personas como trastornos mentales que deben de ser tratados.
Los psicólogos se ven atados de pies y manos pues se entiende que su trabajo, no puede salir de ese modelo biomédico que se ha decidido para la disciplina. Si nos adentramos en Internet, observaremos que cuando una persona ha acabado sus estudios de Psicología y se quiere informar de posibles salidas laborales, todo apunta a la regularización de la práctica psicológica en el ámbito sanitario (público o privado). Es como si la psicoterapia dejase de existir, se excluye información, como si no hubiera más salida que optar por la regulación de la Psicología de carácter sanitaria.
Las personas no solo padecen trastornos mentales, las personas también tienen problemas que no encuentran solución. El psicólogo no solo es el que evalúa, diagnostica e interviene en un trastorno mental. El psicólogo hace de guía, de acompañante en un camino que la persona solo encuentra piedras y obstáculos. El cliente o paciente, puede venir a consulta aquejado de una gran infelicidad pues no encuentra solución a sus problemas. El psicólogo destapará las cualidades de esa persona, los recursos que tiene y que no es capaz de encontrar, y hará que su camino sea más fácil de caminar.
Con esto pretendo afirmar que las personas no presentan trastornos mentales en exclusividad. Muchas demandas no están orientadas a eso. El psicólogo no debería de ser conceptualizado como un psicólogo sanitario en exclusividad pues la profesión de la Psicología va más allá de eso.
¿Pero es necesario la evaluación y el diagnóstico?
Depende. Hay psicólogos que se alejan del diagnóstico pero hay quien lo necesita. En mi experiencia en los diferentes centros que he estado para hacer mis prácticas, he observado casos en los cuales es necesario evaluar pero muchos otros que no lo es pues la demanda no son iguales en todas las personas. Si tenemos unos padres que acuden al psicólogo infantil porque creen que su hijo tiene algún tipo de retraso mental pues suspende las asignaturas o presenta cierta dificultad, sería adecuado evaluar con un WISC-IV por ejemplo, pero también puede venir a consulta unos padres que creen que su hijo tiene algún tipo de trastorno del aprendizaje y quizás lo que ocurra es que los padres se estén divorciando o pasando por un bache y la forma de expresión del niño sea mediante los estudios. En este último caso, no es necesario aplicar la evaluación o el diagnóstico. Hay que usar el sentido común.
También es cierto y no podemos obviarlo, que muchas personas acuden al psicólogo para obtener esa palabra mágica que define su situación y los protege de la falta de comprensión del resto: buscan el diagnóstico o la etiqueta. No es extraño tener un cliente (ellos se consideran pacientes) que vienen ya con su propio diagnóstico “sufro de depresión”, “sufro de un trastorno de ansiedad” y buscan la confirmación del psicólogo para poder decir a su entorno que están mal psicológicamente, que necesitan ayuda y que su conducta es a consecuencia del malestar que viven.
En la actualidad, cada vez más profesionales se alejan de la etiqueta y de la enfermedad mental. ¿Es necesario decir que si una persona es infeliz, tiene una depresión mayor? ¿Podríamos simplemente decir que tiene un estado de ánimo decaído? Las formas de conceptualizar las vivencias, hacen que entendamos los problemas y situaciones personales de diferentes formas. Por ello, sería adecuado dejar de etiquetar, nunca mejor dicho, a la Psicología como una profesión puramente sanitaria.
¿Seré psicóloga sanitaria?
En la actualidad me estoy formando en un máster especializado, que me ofrece la oportunidad de mejorar mis capacidades profesionales en el ámbito de la Psicología. Opté por una especialidad, pues ser bueno en todo es imposible. Aun así, las leyes actuales de nuestro país, han decidido que la Psicología es de carácter sanitario y se necesita de un máster adicional para permitirme trabajar. En los últimos meses, pensé qué hacer. Optar exclusivamente por la psicoterapia (que tiene ciertas dificultades para poder ser reconocido como tal) o acabar regulándome. He decidido por ambos. Especializarme, ser buena en lo mío pero debo de regularme aunque jamás en mi tarjeta profesional aparecerá psicóloga sanitaria pues quiero que mis clientes no me vean como una persona que les diagnosticará un trastorno. Esto puede ser contrario a lo que hace unos meses afirmé, que no aceptaba el máster que me obligan hacer, pero quiero trabajar tranquila, sin verme constantemente perseguida. Es lamentable que los psicólogos, con formación universitaria nos tengamos que sentir así cuando muchos pseudoterapeutas que no tienen más formación que 1 libro o 1 mes de cursillo, trabajan tranquilamente bajo precios escandalosos.
Quiero que conceptualicen mi trabajo como una profesional que los ayuda a quitar esas piedras de su camino, a conocerse a si mismos, a descubrirse y sacar lo mejor de cada uno.