Diego, un ángel de vuelta al cielo

Este artículo no reflejará ningún dato contrastado, ni ningún tipo de terminología o concepto psicológico del cual deba de explicar. Este artículo se centra en el acoso escolar pero desde una visión personal.

Nuestra consciencia, nuestra enemiga

El acoso escolar ha existido siempre y siempre hemos sido conocedores de ello. A pesar de eso, a pesar de conocerlo, necesitamos cada cierto tiempo una bofetada de realismo a partir de casos de niños que se suicidan como Diego, la niña que hace muchos años se arrojó por un acantilado o aquella adolescente que colgó un video en Youtube con carteles que relataban su infierno… y así un gran etcétera.  Es como si nuestra sociedad necesite de tanto en tanto que los diferentes medios de comunicación se hagan eco de estas realidades o quizás, necesitamos que estos pobres ángeles nos relaten en sus cartas de despedidas o en sus videos el motivo por el cual decidieron quitarse la vida.

Nuestra consciencia es nuestra principal enemiga y lo afirmo así, pues necesitamos al mismo tiempo hacer actos solidarios a favor de los ángeles que han marchado y protestar fuerte, a pleno pulmón contra el gobierno que no toman medidas. Pero estos mismos políticos, del mismo modo necesitan hacer callar a su consciencia mediante actos, recepción de padres víctimas de acoso escolar y hablar de nuevas leyes que protejan a las víctimas.

Es paradójico que cuando el acto se ha perpetuado, cuando el niño se ha quitado la vida, cuando los padres lo denuncian en televisión, en la radio y en los periódicos, todos nos movemos, Facebook se llena de lazos negros y de mensajes cargados de amor… con cierto tono hipócrita.

Ayer, mi cuenta de Facebook estaba lleno de todo eso y lo más curioso de todo eso, es precisamente de esa hipocresía que hablo. Me llegó a mi correo un email de Change.org para pedir un cambio de ley en cuanto el bullying nos referimos. Solo 2700 personas habían firmado.. Solo 2700. Triste… Patético… E hipócrita.

Profesionales que luchamos contra el bullying

Llevo años luchando contra el bullying y el acoso laboral, pero pocos políticos les importan, más bien nada. Escribí un mensaje al Ajuntament de Badalona hace ya tiempo (antes de que el caso de Diego se publicara) para pedir cierto apoyo, cierto respaldo a una iniciativa que Badalona Psicòlegs quiere realizar: charlas e intervenciones en situaciones de acoso escolar. La respuesta fue: ninguna.

Ahora bien, puedo ver en televisión como los políticos empiezan a moverse,  siempre delante de una cámara que les siga cada movimiento, ese abrazo cariñoso y respetuoso a unos padres profundamente sumidos en la tristeza. Veo una caricatura que les ayuda a calmar y tranquilizar sus consciencias pero no veo ni un solo movimiento para las personas que luchamos contra el acoso escolar (y sexual y laboral). Tenemos que crear asociaciones sin ánimo de lucro, tenemos que seguir caminando solos, sin ningún tipo de poder político que nos apoye ni nos subvencione.

Proteger a los menores, luchar por ellos, es luchar por la sociedad del futuro. No me valen vuestras fotografías y vídeos. Quiero actos, sin que vuestra cara y vuestra sonrisa salgan en televisión. Cuando eso ocurra, os creeré y confiaré en vosotros pero mientras tanto, seguiremos caminando solos para luchar contra el acoso escolar.