Los bebés deberían dormir en la cama de mamá

Según el autor Armando de Bebesymas, los bebés deberían de dormir en la cama de mamá al menos hasta los tres años.  ¿Estudios contrastados o mera opinión?

Conclusiones precipitadas

Según Armando  “Si al final decidís que cada uno duerma en su cama y que cada uno tenga su sitio, es decir, que el bebé duerma en su cuna o incluso en su habitación cuando sea más mayor, sabed que en muchas ocasiones habréis forzado demasiado” lanzando dicha afirmación, acaba de enjuiciar a todos aquellos padres que deciden no crear un vínculo de dependencia, sí, no confundamos vínculo entre padres e hijos que un vínculo de dependencia.  Armando deja muy claro en sus datos personales que es papá (y enfermero en la unidad de pediatría) y claro, bajo esa etiqueta debe y tiene el derecho de decir tales afirmaciones sin base contrastable porque estudios de haber hay multitudes pero siempre acaban agarrándose a los que defienden sus pensamientos, rechazando los demás o más bien, haciendo oídos sordos y ojos ciegos a todas las investigaciones referente a los trastornos de ansiedad por dependencia.

Trastorno de ansiedad por dependencia

Armando nos deja muy claro que el bebé sufre un grado de estrés al separarse de mamá (aún me pregunto por qué excluye al papá), no sabe canalizar ese estrés ni amortiguarlo y por lo tanto, el daño estará en el futuro (no nos deja claro si sufrirá algún trastorno concreto, será un delincuente o si cometerá fechorías, el caso es que según este enfermero, algo ocurrirá).

Así mismo, para mezclar churros con merinas, nos comenta sobre el colecho y la muerte súbita, afirmando que si un bebé padece muerte súbita es por causas ajenas a los padres aunque matiza que el hábito de los padres podría poner en peligro al bebé. Imagino que se habrá documentado en cuanto la relación que tiene la muerte súbita y el colecho porque yo personalmente y teniendo en cuenta que he intentado informarme de la muerte súbita al inicio de mi maternidad, está relacionado directamente e íntimamente con la posición del bebé y no de si un adulto lo aplasta, pues Armando obvia que los padres, en este caso madres porque él omite la figura paterna, tenemos un instinto innato de protección a nuestros hijos y el aplastamiento o almohadas con vida propia que los asfixia, a no ser que tengas hábitos pocos saludables (adicciones mismamente), es bastante improbable aunque no imposible (todo se tiene que decir).

Armando nos deja claro que es mejor acostumbra al bebé a dormir con mamá (¿Por qué el papá no? Por más que lo pienso no lo entiendo) para evitar el estrés al separarse de su mamá. Ahora bien… ¿y qué ocurre con la potenciación de dependencia? Él, dentro de sus estudios bibliográficos dice que algunos autores señalan que generalmente deberían de dormir entre los primeros 5 años, aunque el pediatra Nils Bergman, afirma que recomienda 3 años, aunque no se atreve mucho a poner periodos.  Pero en este artículo me ha faltado qué hacer cuando el pequeño tiene una seria dependencia a mamá (el papá dormirá en el sofá?) y se verá imposibilitado a poder ir a dormir a casa de un amiguito o simplemente, tener cierta autonomía, necesidad básica en todo ser humano.

Imagino que lo más sensato para este señor es que en las consultas psicológicas de padres con problemas de dependencia, será dejarles seguir así, con mamá, durmiendo juntos y que el menor no deba de experimentar ningún estrés emocional.

Otro problema más añadidos en la crianza

Lactancia materna, guarderías o no, piel con piel, colecho o no colecho, alimentación ecológica… Cada día hay más artículos de gente muy experimentada como padres que enjuicia a las personas por no seguir sus normas y patrones de crianza (omito interacción familiar pues nos pondríamos muy profundos con el modelo sistémico).

La crianza no consiste en yo mejor que tú, mis reglas son mejores y lo que tú haces es insatisfactorio para el menor. Los padres con inexperiencia (ahora hablaremos en plural pues papá y mamá forman parte de la crianza del niño y no mamá como máxima responsable de los trastornos de sus hijos) necesitan en este momento tener ayuda, que les orienten en como formar un vínculo entre padres e hijos y que la forma de criar a sus hijos sea respetada y aceptada por papás que lo hacen de manera diferente.

Los extremismos

Hace escasamente dos días, leí a una mujer afirmar que quiere más a su marido que a sus hijos. Recibió múltiples quejas, insultos y la amenazaron con quitarles a sus hijos (imagino que los procrianza en exclusividad). Quizás lo que no se entendió de todo esto, es que ella defendía la relación matrimonial, la cuidaba y la protegía para que en consecuencia, sus hijos se benficiaran de un entorno de amor y de respeto.

Ahora bien, es malo el colecho? No, no lo es. Puede ser muy beneficioso pero sin llegar al extremo de destruir a la pareja. El daño que sufre un menor al ver a sus padres sin relaciones amorosas, sin caricias, sonrisas y guiños, es desmesurado. Los padres que deciden centrar su vida en el cuidado del niño, obviando a su pareja, creen que será lo mejor para su hijo (mamá le da el pecho, mamá le da alimentos ecológicos, mamá duerme con el bebé, mamá si hace falta se rompe la cabeza para salir corriendo y socorrer a su hijo, mamá lo lleva a un colegio con valores concretos, mamá deja de trabajar para cuidar a su hijo, mamá solo viste a su hijo con ropa de algodón y confeccionada por ella misma…), vale, me he pasado en lo de la ropa de algodón, pero en resumidas cuentas, todo eso es beneficioso para el niño?

Cuando mamá y papá dejan de hacer el amor y dejan de darse caricias en la cama (qué momento más placentero que tu pareja te acaricie mientras habláis del día) y cuando mamá y papá duermen separados porque mamá debe de tener cuidado de su bebé (las cunas colecho son interesantes, al lado de mamá y mamá mirando a su bebé y papá mirando al otro lado), la relación muere lentamente y con ella, lo que es beneficioso para sus hijos.

Yo me declaro de la secta del colecho mixto

Siguiendo un poco la jerga del artículo anterior y sacar alguna sonrisa, yo me declaro fiel seguidora del colecho mixto. Mi hijo durmió con papá y mamá, en su cunita y en nuestra habitación hasta los 6 meses. Mi hijo durmió en la cama de papá y mamá en múltiples ocasiones: cuando el pequeño necesitaba de los mismos de mamá y papá, cuando los gases no lo dejaban conciliar el sueño o cuando los dientes comenzaron a dar guerra. Mi hijo duerme la siesta solo, pero si un día le apetece dormir con mamá, mamá duerme con él. Los dos metidos en la cunita y felices. Papá no puede, porque papá es el rey de la fiesta y si papá se mete a dormir con él, hay diversión garantizada.

Resultados del colecho mixto: mi hijo es un niño feliz, autónomo, duerme las noches íntegramente entera, duerme tranquilo, se despierta riéndose, pegando botes y haciendo muecas. Mi hijo duerme feliz cuando lo arropo y también sobre mi regazo. Mi hijo tiene a papá y a mamá en sus noches inquietas, en sus pesadillas y en sus sueños. Mamá y papá dejan que duerma con ellos pero al mismo tiempo le dejan dormir solo, en la amplitud de su cuna y bajo la tranquilidad de todos.

Un niño autónomo y capaz de no depender en toda su totalidad de sus padres, es un niño feliz. Así que señor Armando, su propuesta no la compro y espero que muchas mamás (aunque veo que en los comentarios hay mucha mamá de mi opinión) sigan criando a sus hijos con el corazón y no sobre teorías.

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