Estigmatización y la creación de las etiquetas: culturalmente hablando

Creo recordar que ya he mencionado en alguna ocasión artículos referentes a los estigmas y por lo tanto, a las etiquetas, pero vuelvo a observar desde hace algún tiempo, que se sigue utilizando la palabra estigma de forma errónea, sobre todo viniendo de la psicología social (me parece si no más, asombroso).

Se relaciona la estigmatización con el diagnóstico y en múltiples ocasiones, con el DSM. El DSM no deja de ser una mera guía que para bien o para mal, todo psicólogo clínico acaba adquiriendo y que en algunas ocasiones o múltiples, acaba utilizando.

El diagnóstico que está mal relacionado con las etiquetas, acaba viéndose devaluado y puesto en dudas o ante juicios, por el simple hecho de ser relacionado con las etiquetas o estigmas que culturalmente hemos creado la sociedad en su conjunto.

Uno de los conceptos a estudiar en psicología social y sus derivados, es el concepto de estigma en el cual, si leemos con atención, comprenderemos que el estigma no es más que un etiquetaje creado por la sociedad, hacia diferentes conductas, trastornos mentales y/o cualquier hecho, que nos pueda resultar negativo. Por ejemplo, una persona con VIH sigue siendo etiquetada, como alguien promiscua, relacionada con las drogas  e incluso con la propia homosexualidad; una persona esquizofrénica se la valora como algo negativo ante la sociedad, sociedad «normal» (habría que definir el concepto de normal y anormal) debe de evitar, pues siempre se ha relacionado la esquizofrenia con los brotes psicóticos, la violencia y como no, la locura.

Todos estos sinónimos hacia «hechos concretos» no dejan ser más que una creación por nosotros mismos, que formamos parte de la sociedad y estipulamos lo que es aceptable y lo que no. La propia homosexualidad fue estigmatizada durante muchos años y hoy en día, es cuando se ha valorado de forma «normal» y «aceptable».
Vamos cambiando nuestros juicios según nuestros intereses y según el tiempo en el que vivimos, pero eso queridos lectores, es debido a nosotros, los seres humanos que vivimos de las etiquetas pues que sin ellas, no sentiríamos el control en en verdad, ansíamos.

El diagnóstico

El diagnóstico forma parte de la psicología clínica (aunque debería de ser utilizada también en otras ramas de la propia disciplina), con el objetivo y fin de ayudar, ya sea bien por una psicoterapia futura al cliente que necesite de la ayuda profesional de un psicólogo.
Si un psicólogo diagnostica TOC (trastorno obsesivo compulsivo) es con un fin positivo hacia el individuo diagnosticado con tal trastorno. El problema radica cuando para nuestra cultura, el TOC está mal visto, como algo negativo y que siempre se le acaba vinculando a adjetivos si no más, descalificativos.

Se acusa a la propia psicología de crear las etiquetas, pero el problema no radica en las etiquetas (mal relacionado con el diagnóstico), si no a lo que tú como ser humano crees que es alguien que tiene TOC, haciendo un juicio negativo sin en ocasiones conocer lo que realmente conlleva ese trastorno.

A las cosas hay que llamarlas por su nombre, porque somos seres racionales en el cual, debemos de ser sensatos con lo que vivimos y experimentamos.
Ahora bien… ¿El problema de donde viene? De nuestra cultura, que progresivamente y tal como he dicho, cambia según sus necesidades: debe de abrir sus mentes, entender que una persona con esquizofrenia, TOC, TCA, fobias y un largo etcétera de diagnósticos no es algo negativo, es simplemente un diagnóstico que existe y en el cual, se debe de evitar la estigmatización. Y sobre todo, lo más importante, que la propia psicología social, comience a evitar el diagnóstico con el estigma como algo creado por los psicólogos clínicos.

Si comprendiéramos que la simbiosis entre psicología clínica y social debería de ser existente, haría de nuestra disciplina la perfección en el entendimiento de la conducta y de la cognición… se dejaría de crear una batalla entre ambos lados, que en múltiples ocasiones, se necesitan mutuamente.